El miedo escénico es un mal trago que nos llena de tensiones, e incluso dolor y que arruina el rendimiento de nuestras horas de estudio en el momento de la audición, incluso delante del profesor.
Es una contrariedad que estudiando música porque nos gusta, la interpretación ante cualquier público se convierta en una pesadilla, responsable a veces de que alumnos tiren la toalla renunciando a sus dones y capacidad musical.
Los alumnos además de estudiar tenemos que aprender a evolucionar sobre un escenario de forma más divertida y desenvuelta sin la tensión que supone la evaluación en el boletín de notas y la presión del público.
Para ello promovemos en el conservatorio el salón concierto.
Espacio en el que los alumnos se apunten y toquen delante de compañeros que como ellos sufran esta tensión atenazadora. El conservatorio nos presta las aulas. Sólo tenéis que apuntaros. Lo del horario es complicado siempre, pero se puede hacer un grupo o dos en distintos días.
Me parece un lugar de encuentro para fomentar la amistad entre alumnos de distintos grupos y niveles (banda, cuerda, piano, guitarra...) y formar duetos o tríos para tocar cosas facilitas de modo ameno. Además de la pura interpretación músical, puede servir para explicar la pieza que se toca, contar un chiste y ganar desenfado o tablas, con lo que se puede pasar del mal rato al gozo de comunicar nuestra música y explicarla a los compañeros.
Y por supuesto, me parece un trampolín para impulsar vida más allá del conservatorio fomentando afinidades y colaboraciones entre alumnos.
Y por supuesto, me parece un trampolín para impulsar vida más allá del conservatorio fomentando afinidades y colaboraciones entre alumnos.
adjunto un enlace que me ha gustado:
No hay comentarios:
Publicar un comentario