Los
profesores del conservatorio enseñan música para… ¿que
los alumnos interpreten música?
Todo
el establecimiento está estructurado en la docencia con audiciones
que completan la evaluación.
La
participación adicional en conciertos es una actividad
extra-académica que queda relativamente al margen de las actuaciones
departamentales.
El
centro cumple su función pedagógica, pero falta
conservar viva la música
con interpretaciones en directo.
Sin renombre no hay agenda. Sin tablas no hay renombre. Sin intérpretes no hay música. La música no interpretada está condenada a la bibliotecas (si no se queman).
Sin renombre no hay agenda. Sin tablas no hay renombre. Sin intérpretes no hay música. La música no interpretada está condenada a la bibliotecas (si no se queman).
Los
alumnos del conservatorio se inscriben por las ganas de cultivar este
arte a instancia propia o de sus padres. Muchas veces pierden
vocación por falta de disciplina. ¿O no ejercitan la disciplina por
falta de vocación? ¿Falta de sintonía con un profesor? ¿O será
que no se cultiva la vocación en medio de tanta regulación
administrativa con la que operan los conservatorios?
El
reto es provocar esa llamada a la interpretación a todos los
niveles. Parecería que los grandes maestros apabullan a los pequeños
aprendices cohibiéndoles por el miedo a una mala ejecución
destrozando composiciones. Cuando la realidad seguro que es la
contraria y a los maestros les gusta descubrir nuevos talentos.
Seguro que a un gran intérprete, precede un gran oído. ¿o quizá
crezcan juntos? ¿No faltan oportunidades en que una buena
interpretación fascine e invoque a la imitación y ejercicio
musical?
Con
la popularización de la música erudita, antes reservada a clérigos
y altas cortes, los burgueses llenaron sus salones de arpas, pianos,
guitarras o violines con los que reproducían los aires famosos que
deleitaban en los teatros. O libros de canciones para interpretar en
el salón familiar. Son particularmente abundantes los títulos de
“variaciones sobre el tema…. de tal o cual autor” como Rossini,
Verdi, Mozart del periodo clásico y romántico que abarcaron el
siglo XIX y principios del XX en reducciones para piano o
adaptaciones a otros instrumentos. La propia novela del siglo
diecinueve está salpicada de escenas domésticas en que la velada
transcurría tañendo melodías y cantando partituras recién traídas
de Paris o Viena.
En
esa época se fundaron los conservatorios para que no se perdiera el
arte musical (y de danza), y que se mantuviera una cultura más allá
de la moda sin perder el trabajo publicado de tantos grandes talentos
y maestros de la composición, y la mayoría de las veces también de
la pedagogía. La riqueza de un conservatorio no es su continente (en
nuestro caso un edificio de prestado con claras deficiencias), sino
el elenco de profesores y, más aún, de los artistas –o la ilusión
de alumnos- que medren en él. Siempre hubo reformas administrativas
contra la educación, pero eso no debe minar la ilusión por la
música y el ansia de sembrarla por doquier.
El
desarrollo tecnológico, rodillos de cera, pizarras, vinilos,
musi-casettes, CD´s etc han sigo una potente herramienta de difusión
de nuevos talentos y modas pero la tenaza del Copy Right y el negocio industrial de la música impide una
reproducción "no enlatada”. Antaño el negocio era la
publicación de partituras, y era el medio de vida de los autores de
éxito junto con las representaciones. Los derechos de autor merecen su respeto pero también choca con la
conservación de la música viva ya que las publicaciones de partituras son muy costosas. Pero como caduca a los 80 años
existen miles de partituras accesibles en Internet ansiando ser resucitadas por nuevos intérpretes para dar un nuevo aliento a las
composiciones de maestros pasados.
Yo
me pregunto si se podría recuperar ese salón del diecinueve, en el
que los alumnos animemos la velada interpretando nuestras pequeñas
piezas. ¿A cuántos les gustaría, pero no se atreven? Necesitamos
un espacio en el que soltarnos y animarnos unos a otros. Si no hay un
poco de fiesta musical, el mero estudio, es aburrido. Se enseñan
destrezas que no hay interés en aplicar, especialmente entre los
alumnos adolescentes que tienen tantas fuentes de distracción y
tareas escolares.
¿Porqué salón - concierto y no simplemente conciertos de alumnos? Porque la intención no es sólo interpretar sino fomentar un foro para el encuentro, la provocación, el deleite y la instrucción.
Ved la defiinición del salón literario. En su versión inglesa salon - gathering, cómo suele ocurrir tenemos mucha más extensión.
¿Porqué salón - concierto y no simplemente conciertos de alumnos? Porque la intención no es sólo interpretar sino fomentar un foro para el encuentro, la provocación, el deleite y la instrucción.
Ved la defiinición del salón literario. En su versión inglesa salon - gathering, cómo suele ocurrir tenemos mucha más extensión.
En
el Consejo Escolar solicitamos a la dirección del conservatorio que
nos preste un aula para celebrar veladas de: Salón
concierto. ¡Gracias
por la disponibilidad!
Por
lo tanto sólo falta animar a los estudiantes a que participen, lo
que convocaremos por carteles.
Pero
si estas razones no son suficientes quiero añadir algunos extractos
del DECRETO 60/2007, de 7 de junio, por el que
se establece el currículo de las enseñanzas elementales y
profesionales de música en la Comunidad de
Castilla y León.
Artículo
7.– Objetivos de las enseñanzas elementales de música.
Las
enseñanzas elementales de música tendrán como objetivo contribuir
a desarrollar en el alumnado las siguientes capacidades:
f)
Actuar en público con autocontrol, dominio de la memoria y capacidad
comunicativa.
i)
Expresarse con sensibilidad musical y estética para interpretar y
disfrutar la música de
las diferentes épocas y estilos y para enriquecer sus posibilidades
de comunicación y realización personal.
Es
una pena que se limite la actuación a las audiciones de evaluación
en las que se puede llegar justito en la maestría de una obra por
carga de trabajo o con diversas tensiones o miedo escénico que
afectan negativamente a la ejecución de la las obras. Nuestra
propuesta es ganar soltura, diversión y tablas con estas actividades extra-académicas.
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