martes, 7 de junio de 2016

Undécimo salón concierto - impresiones

Once reuniones de alumnos para compartir obras. La tercera a la que yo falto. Esto va funcionando. Cuando uno no es imprescindible, es que el sistema es correcto. A ver si acaba de cuajar el proyecto en el que ya hemos visto: 3 guitarras, 7 pianistas, 4 cantantes, 1 violinista, 1 fagot, 1 acordeón, 1 flauta... ya superamos el 5% de los trescientos alumnos más los que han venido de fuera, exalumnos y partes de los coros Primo Tempo y Aures Cantibus. ¡Venid a interpretar vuestras piezas!

Se trata de una actividad que ocupa poco más de una hora al mes... diez o quince minutos para los intérpretes.

Conoce más sobre el proyecto salón concierto



A pesar de la supina ignorancia de bastantes profesores. Lo puedo decir así porque se aprecia poca o ninguna difusión de la actividad a sus alumnos salvo tres excepciones a las que puedo poner nombre y apellidos: con participación activa Gonzalo Merino de guitarra y Mercedes Lorenzo de coro y piano, y también como pianistas acompañantes de Beatriz Basanta y Natalia Zapatero, luego Juan Carlos Tortosa es el único que ha enviado alumnos.

Esto va cuajando poco a poco y vamos logrando un grupo heterogéneo con:

  • alumnos acomodados en el escenario que ya trabajan en casa con más vista en nuestras reuniones que en sus audiciones, pues ven mayor interés en la gratificación de la interpretación que en la puntuación de la audición académica.
  • otros que ven en ellos un motivo para trabajar en casa y compartir su progreso con el gusanillo de aportar algo nuevo y disfrutarlo en un grupo de amigos con la misma sensibilidad.
  • alumnos que vienen a superar la patología del miedo escénico, y que progresan más que adecuadamente.
  • candidatos al grado profesional que se ponen algo más nerviosos por la prueba de acceso y la amenaza de continuidad, para los que hay que superar la amenaza del pánico.
  • o todo junto...

El relato del último salón concierto lo hago con las notas de Susa que como ella misma confiesa, algo apuntóy grabó pero luego se puso nerviosa, con lo que me toca pesquisar de unos y otros.




Comenzaron las Kharina, Oksana y Kristina, madre e hija regalándonos música rusa a cuatro manos (al piano, claro) "En el volga" de Balakiriev inspirada en el famoso cuadro de los bateleros o remeros del Volga de Repins “Burlaks” y canción original de los trabajadores (la traducción correcta sería jaladores del Volga ya que halar o jalar es tirar de un cabo, oficio hoy en desuso, je, je)



Y siguieron con "Como ruiseñor a rosa" de Khrennikov. Estas chicas son ejemplo de que la musicalidad se transmite. Si no fuera por el interés de la madre ¿tocaría la hija?




Felix se animó a repetir y esta vez nos tocó una pieza romántica de Friedrich  Seitz. Mejoró el control de la tensión desde su estreno y se nota una mayor "respiración" en el fraseo.



¡Y qué pena si esta chica no tocara! Kristina deleitó con un preludio de Bach y el "Polichinelo" de la Suite Bergamasque de Villa Lobos.




Siguió Susa que tan animada a hacernos de reporteros se bloqueó ¿pero por qué?

Te hemos visto tocar muy bien, y de hecho sabemos que lo hiciste muy bien al día siguiente. Tienes un trabajo hecho conoces las notas, las teclas donde se tocan, el ritmo... El público desea oírte haciéndolo bien. El miedo escénico es un fantasma que uno mismo teje. ¿Quién se rie o hace burla por un error ajeno? El ridículo sería fingir virtuosismo desafinando. Pero cualquier estudiante se salta una nota, acelera y comete otros errores.

El truco que nos recomendaron en el curso sobre miedo escénico de hace dos años es que seas capaz de percibir las mismas sensaciones que cuando trabajas en casa. Allí no se te seca la garganta o acorchan las muñecas. Tienes que adquirir control para que presentarte en la estancia y saludar no anule tu trabajo. Los guitarristas jugamos a afinar lo ya afinado. Tú puedes jugar a colocar la banqueta, la partitura, volver a sentarte... respirar, una vez, dos, tres, con calma. No es una carrera, piensa DESPACIO, DESPACIO, el papel, el teclado, el papel, el teclado, piensa en tu salón, tu librería, tus plantas, el aroma de tu taza de café... el papel, el teclado, toca, que suena bien, tranquila. No dejes de respirar. ¿un error? Retómalo sin decir nada. DESPACIO, DESPACIO. No es ejercicio de velocidad sino de proporción rítmica ¡qué más da que toques la polka a ritmo de alemanda! Sólo pon cada nota en su sitio.


Vino Lidia, una participante nueva de Fagot que tiene su prueba de acceso. Gracias a Juan Carlos que tanto participa en este conservatorio. Tocó su programa completo que traía bastante bien preparado: "Bassonery" de Edward S. Solomon, "Virelai" de Pierre Max Dubois y "Arioso y Humoreske" de Julius Weissenborn.


Luego participó Fernando que es uno de los nuevos intérpretes que ha cogido con ganas estas reuniones. Repitió con la sonatina en Sol M de Beethoven y estrenó una musette del cuaderno de Ana Magdalena de bach.


Finalmente participó Oksana tocando el Estudio Op 38 nº8 de Jensen. Que según Susa, lo hizo fenomenal. Según confiesa en la foto no está seria está pávida de los nervios, pero luego confesó que en su audición del día siguiente estuvo "muy bien y que ya casi he perdido el miedo escénico". Por eso cuelgo esta otra foto en la que se la ve radiante.



Sin pasar una semana los candidatos para el acceso proponen volver a juntarnos el 14 de junio a las 17:00, que creo que será posible en cuanto la dirección del conservatorio nos ceda un aula.

Si sigue este gustillo... ¿acabaremos en otros espacios públicos de la ciudad como la biblioteca, la Encarnación, el Principal o el Ramos Carrión? Hay que ir preparando qué haremos cuando acabemos el conservatorio dentro de unos años...

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